7 de septiembre de 2009
La llegada de un niñ@ a la Escuela Infantil es un gran acontecimiento en su proceso de desarrollo, por lo que creemos que es muy importante ponerse de acuerdo familias y maestr@s para ayudar al niñ@ a que esta adaptación sea positiva.
El mundo afectivo del niñ@ es el motor esencial de su desarrollo emocional, social e intelectual por lo que el periodo de adaptación es un proceso en el que el niñ@ va elaborando, emocionalmente, la pérdida y la ganancia que le supone esa separación, hasta llegar a una aceptación de la misma.
La entrada en la escuela supone la primera separación niñ@/familia y es muy importante la manera de superarla porque, si vive esto bien, le ayudará a resolver futuras situaciones (entrada en la escuela primaria, su relación con personas desconocidas, etc.). Para el niñ@ es la pérdida de un lugar definido, donde tiene un espacio seguro y conocido, con unas personas que están exclusivamente dedicadas a él/ella, y llegar a un lugar donde hay que compartir todo con otros niñ@s, los objetos, el espacio, el maestr@, etc.
Por tanto, se trata de que en este periodo se adapte fundamentalmente a:
- El espacio: conozca el Centro y sus dependencias, el aula y sus materiales.
- Los adultos: distintos de sus padres, abuelos, amigos,...
- Los niñ@s: aprenda normas básicas de convivencia.
- La separación de la familia y su aceptación.
Aceptar que debe compartir al adulto, que deja de ser el centro de atención y que debe relacionarse con otros niñ@s y ajustarse a unos cambios espaciales y horarios es un proceso que le hace madurar, pero que al mismo tiempo le puede resultar doloroso.
Es muy importante, por tanto, adoptar una actitud que favorezca y facilite esta adaptación. Los espacios y materiales, los tiempos y las actividades a realizar durante este periodo deberán estar cuidadosamente estudiados para facilitar este proceso en todos y cada uno de los alumn@s. La incorporación progresiva de los alumn@s en pequeños grupos y con horarios graduales minimiza el esfuerzo de adaptación en los niñ@s y facilita su superación.
La adaptación no es sinónimo de llorar o no llorar. Cada niñ@ muestra su adaptación o inadaptación de distintas maneras. Nosotros, padres y profesores, facilitaremos o entorpeceremos, pero es él o ella quien debe resolverlo y si forzamos su ritmo natural lo normal será una actitud de rechazo y miedo a lo desconocido.
Los padres también pasan por el periodo de adaptación, en el fondo sentirán que están separándose de su niñ@, surgirán temores y dudas acerca de la maestr@, del colegio... Es importante que los padres no transmitan estos sentimientos e inseguridades al niñ@ ya que dificultará el proceso de adaptación, por el contrario lo mejor será que educadores y padres se apoyen para que el niñ@ supere este proceso con éxito.
Orientaciones para la familia:
- Considerar las conductas de este periodo como normales, sin presiones ni preocupaciones, es una etapa que pasa todo niñ@, lo mejor será ayudarlo, darle la seguridad que necesita y apoyar a la maestr@ por el bienestar del niñ@.
- Cada niñ@ es diferente, algunos tardan más en adaptarse, compréndalo
- Tenga cuidado con transmitir al niñ@ sus temores, su ansiedad, aunque eso esté pasando, es prudente conversarlo con personas adultas, pero sin perjudicar al niñ@.
- Cuando se deja al niñ@ en la escuela, hay que despedirlo con alegría, con seguridad y afecto. No hay que acostumbrarlo a que llore para que la madre regrese. Hable con él previamente para que se sienta más seguro.
- Cuando llore dígale con tono firme y sereno que usted regresará. Su actitud se transmitirá al niñ@. Cuando lo recoja, sea puntual, no cause en él sentimientos de abandono.
- Converse con él acerca de lo que hizo en la escuela, felicítelo por sus logros y por los juegos y actividades que realiza.
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